Cómo afrontamos los momentos importantes en el tenis
El hecho de jugar al tenis no sólo implica golpear una pelota con una raqueta y ya está; en este deporte entran en juego muchísimos factores más que debemos dominar si queremos ser realmente competitivos.
Ya hemos hablado en otras ocasiones de la mentalidad como elemento crucial en el tenis, pero hemos pasado por alto los momentos en los que una mentalidad fuerte marca la diferencia.
Hoy, vamos a tratar esos puntos de inflexión que pueden condicionar el devenir de un encuentro. De esta forma, si conjugamos una buena lectura del partido con una mentalidad imperturbable, tendremos más posibilidades de ganar, incluso teniendo un nivel tenístico inferior a nuestro rival.
Puntos importantes
Los puntos importantes son aquellos en los que tienes la posibilidad de ganar o perder ventaja sustancial en un set y los que deciden directamente el set o el partido.
Por ejemplo, si vas perdiendo 2-4, sirve tu rival y el juego está 30-30, ese punto y los siguientes del game se tornan decisivos, puesto que existe una posibilidad real de recuperar la ventaja perdida y volver a pujar por el set.
En un tie break, a partir del 5-5, cada punto vale su peso en oro. El servicio se convierte en una patata caliente y cualquier mínimo error puede echar por tierra los doce juegos anteriores. Si además es una muerte súbita en el set decisivo, el nivel de tensión crece exponencialmente.
Otro ejemplo sería un 5-4 a favor, break arriba y servicio para cerrar el set. Si empiezas ganando los dos primeros puntos, la presión puede desaparecer parcialmente, pero como yerres al principio, el brazo se te puede encoger y jugarte una mala pasada.
La concentración
Muchos entrenadores insisten en que su jugador debe homogeneizar la visión de los puntos, dándoles a todos el mismo valor. El objetivo es evitar que los nervios, la ansiedad o el miedo a fallar afloren.
Realmente, eso puede ser un arma de doble filo. No podemos afrontar todos los puntos con la máxima concentración; tenemos que gestionarla y mentalizarnos en los momentos más críticos. Eso no quiere decir que el resto de puntos los juguemos de cualquier manera, sino que probemos a soltarnos un poco más y a ser más atrevidos porque, de esta forma, podremos generar mejores golpes.
Las prisas
La tensión del momento nos genera un malestar del que nos queremos desprender cuanto antes. Este hecho puede propiciar que nos aceleremos en exceso y tomemos decisiones erróneas.
Es muy común que, en situaciones decisivas, abandonemos nuestra estrategia y decidamos improvisar jugadas que finiquiten el punto cuanto antes como saque y volea, una dejada sin sentido o un winner a la primera de cambio.
Por eso, debemos tratar de mantener nuestras costumbres entre punto y punto (botar la pelota, secarnos el sudor, recolocar las cuerdas…), enfocarnos en la estrategia que mejor sabemos hacer y concentrarnos al máximo para que todo salga bien, pero sin miedo a perder.
Olvídate de las consecuencias que pueda traer perder ese punto y céntrate en ganarlo. Adelantarte a los acontecimientos sólo te generará más presión y más inseguridad.
Resultados
Como siempre, la teoría es fácil. El mismo que escribe esta publicación es incapaz de predicar con el ejemplo y pierde los papeles a la primera de cambio. No obstante, no hay que cejar en el empeño; trata de amueblar tu cabeza de tal manera que te permita implementar todas estas recomendaciones. Si lo logras, empezarás a ganar más partidos.